Durante su larga historia, las arañas han evolucionado en miles de especies diferentes y se han extendido por todo el mundo.
¿Dónde viven las arañas? Las arañas viven en casi todos los hábitats en la tierra. Los únicos lugares donde no hay arañas son las regiones polares, las montañas más altas y los océanos. Algunas especies de arañas han invadido incluso, la orilla del mar y viven en las grietas de las rocas y corales de la zona intermareal.
¿Cómo se desplazan? Son muchos los factores que afectan la distribución y la historia evolutiva de las arañas. Estos implican procesos geológicos, ambientales, genéticos, ecológicos y de comportamiento.
Deriva continental. Los continentes del mundo, con todas sus plantas y animales, se han desplazado juntándose y separandose durante muchos millones de años. Hace unos 150 millones de años, Australia fue parte del super continente meridional de Gondwana. Cuando Gondwana se separó, las arañas fueron aisladas en continentes separados, donde evolucionaron de forma independiente en nuevos (pero relacionadas) grupos de araña.
Vuelos en globo. Las especies de arañas que se encuentran en muchos lugares, a menudo, son buenos viajeros. Muchas de estas arañas se mueven en comportamientos llamados globos. Las arañas jóvenes, e incluso los adultos pequeños de algunas especies, crean hilos de seda que son capturados por el viento, llevándolos hacia arriba y lejos, así pueden recorrer grandes distancias a través de la tierra o del mar. Los vuelos en globo ayudan a las arañas a mantener y ampliar su distribución.
Quedarse en casa. Muchos eventos, como el cambio climático o el aumento del nivel del mar, pueden dar lugar a que los animales, como las arañas queden aislados en hábitats ‘refugios’, como cuevas, cimas de montañas e islas, donde son incapaces de sobrevivir en las áreas “hostiles” en torno a su refugio. Estas poblaciones aisladas son, a menudo, pequeñas y pueden estar sujetas a una considerable variación genética al azar (un efecto cuello de botella). Estas arañas no sólo pueden evolucionar hacia nuevas especies, sino también pueden llegar a ser específicamente adaptadas a vivir en hábitats especializados, como cuevas. Estas especies altamente adaptadas no pueden sobrevivir fuera del refugio de la cueva, incluso después que las condiciones climáticas de la superficie han mejorado. Resulta lógico que estas especies sean dispersores de pobres, y se difunden sólo en distancias relativamente cortas.
Los hábitats refugio son importantes para la conservación, debido a que muchos de los animales y plantas que viven en ellos no se encuentran en ningún otro lugar. Su presencia nos da información valiosa acerca de los procesos evolutivos y la historia ambiental.
Conservación de las arañas y su hábitat – ¿por qué debemos hacerlo? Las arañas son parte importante y fascinante de nuestro entorno natural, sus telas son maravillas de la arquitectura natural, tienen importantes funciones ecológicas y agrícolas; como asesinos de insectos. Tanto su veneno como su seda se están utilizando en la investigación médica (tratamiento del accidente cerebro vascular), el control de plagas (plaguicidas específicos de insectos) y la tecnología de fibra (producción biosilk transgénico).
En muchas partes de las poblaciones de arañas están amenazadas debido a que sus hábitats están siendo destruidos por la tala y la degradación de matorrales. La conservación del hábitat de la araña no sólo salva a las arañas, sino también a todo el ecosistema del que forman parte, la conservación de los hábitats es un elemento esencial del mantenimiento de los ecosistemas sostenibles.
Los matorrales son hábitats importantes para las arañas en las zonas rurales, el pastoreo de ovejas y ganado daña la vegetación, pisotean y compactan el suelo. Esto puede diezmar a las poblaciones locales de arañas terrestres. No sólo el pisoteo diario destruye sus hábitats, también pueden hacer que el suelo esté tan duro que las arañas de madriguera no puedan re colonizar la zona.
Muchas arañas diferentes conviven con los humanos, explotando los rincones y grietas de las casas, cobertizos y jardines. Son buenas para tenerlas alrededor porque se comen las plagas de insectos, y muy pocas son perjudiciales.